Después de muchos años -desde la niñez, prácticamente-, vuelvo a las maquetas. He regresado con este P-51B Mustang para intentar dar los primeros pasos en un mundo del modelismo que ha evolucionado tremendamente y con muchísimos recursos e información y, por tanto, con el apoyo de muchos otros aficionados. En mi caso, he contado con el ánimo y la sabiduría de los compañeros del Bunker de Barcelona, el club del que formo parte. ¡Gracias chicos!
He realizado algunas fotos del proceso. Pero no quiero realizar muchos comentarios técnicos. Sobre todo porque soy un neófito en esto del maquetismo.
Este era el kit de partida. Como a quien se lo regalaron en casa no le hacía mucho caso, lo cogí yo para empezar. Se trata de un Mustang con el esquema del 51st Fighter Group que operó en China durante la década de los 40 para defenderla de los ataques japoneses durante la segunda guerra mundial. La escala es, como puede verse, de 1/72
Sus tareas consistían en el apoyo a bombarderos a gran altitud, ataque a tierra con bombas de hasta 227 kg y lanzacohetes de 63mm, además de las posibles escaramuzas aéreas que pudieran llevarse a cabo contra otros cazas.
El plástico de la maqueta no daba para muchas alegrías, pero en general el encaje no era muy dificultoso. Unas fotos del pintado de los instrumentos y del interior de la carlinga.
Después de una imprimación verde, y de proteger la parte superior, inicié el pintado de la parte inferior del avión. Realicé ensuciados y desgastes.
También llevé a cabo un trabajo de panelado y finalmente subí el color gradualmente con cuidado para que no resultara tan oscuro y acercarlo al del modelo original.
Por lo que se refiere a la parte superior, pinté la zona donde podría haber más desgastes con color plateado.
Empecé a dar pasadas con el color base empleado por todo el avión, pero procurando no ocultar en exceso el brillo de las superfícies donde después debía notarse cierta presencia del desgaste en las zonas plateadas.
Llegó el momento de pintar todo el fuselaje con el patrón elegido para el campo de operación chino y llevar a cabo un trabajo gradual de panelado, destacando con partes más claras algunas partes.
Y después, pues todo lo demás. El trabajo con la hélice...
Y con el resto del avión. Puesta de calcas, ensuciados, desgastes.
¡Ah! La antena la realicé con ese alambre tan finito que podemos encontrar en los auriculares.
Las fotos finales.
Una experiencia muy agradable. ¡A por otro!
¡Un saludo!
KPG