31 oct 2014

Caballero hospitalario en la toma del castillo de Aroche (Huelva) - Año 1251



Quisiera que, junto a la figura, este paso a paso formara parte también del obsequio para mi buen amigo Javier del Río que es la figura del hospitalario que aparece en la foto. Espero que ambas cosas sean de su agrado.

Cuando elegí la figura -un clásico de 54 mm perteneciente al catálogo de Andrea- pensé en que su actitud vigilante se correspondería bien con la de alguien que va a participar en un asalto a un castillo o fortaleza. Luego de documentarme, me gustó la idea de que tomara parte de la toma del castillo de Aroche en plena reconquista. Aroche es un pueblo de la provincia de Huelva situado en la sierra. 

Unos pocos datos históricos

El rey Sancho II de Portugal conquistó Aroche con el apoyo de los hospitalarios entre 1230 y 1234. El monarca luso cede los territorios situados al este del Guadiana -donde se encontraba Aroche- al rey Fernando III de Castilla a cambio de conseguir con su apoyo mejorar sus relaciones con la Santa Sede. Por lo visto, Aroche cae de nuevo en manos de los árabes. A la muerte de Sancho II, su hermano y sucesor en el trono portugués, Alfonso III, reconquista de nuevo el enclave en 1251 y también Aracena con los hermanos guerreros de la orden de San Juan. Sin embargo, aunque se trataba de territorios bajo la custodia hospitalaria, estaban en territorio castellano. Esto hace que las relaciones entre Portugal y Castilla empeoren hasta que…pero eso ya forma parte de otra historia. Por lo que se refiere a la figura, quise, pues, representar a este hospitalario mirando el castillo de Aroche desde una de las colinas que rodean el enclave poco antes del ataque final en el año 1251.

Preparación de la figura

Primero de todo, muestro un utensilio que me ha servido para pulir la mini. No lo había usado antes, pero me parece que ahora lo prefiero a las “nanas” de aluminio que empleaba hasta ahora. Os lo enseño, por si no lo conocéis y os interesa, junto al resultado.



Ya con casi todo el polvillo eliminado, baño las piezas con agua caliente y jabón, para acabar de hacer una buena limpieza.


Por si acaso, con el secador le “evaporo” todo el agua, no sea que quede alguna gotita en un rinconcito. Cuidado al coger las piezas inmediatamente, porque la aleación coge temperatura y puedes tener la sensación de que te quemas…¡o te quemas de verdad!


Después de elegir la faceta frontal de la peana, la protejo con papel de pintar -ese que tiene una fina tira adhesiva y luego papel- y encima con cinta de carrocero. La intención es que, aunque se quiera protegir, creo que hay que evitar el máximo de contacto de superfície adhesiva que pueda afectar al barniz o al tapaporos de la peana. Alguna vez he visto peanas de colegas que al quitar las cintas se han llevado la protección de la peana y han estropeado una buena base y el aspecto general de la mini.



PRESENTACIÓN DE LA FIGURA EN LA PEANA

Una de mis manías u obsesiones es procurar que la figura tenga una buena visión desde todos los ángulos, sin olvidar el reparto del “aire” que la rodea. Por decirlo de alguna manera, el “fuera de campo” tiene para mí tanta importancia como lo que se muestra y eso puede intervenir en el momento de ubicar una figura en un lugar o extremo de la peana, así como de los elementos de la ambientación que le rodean.

Por eso, en la medida que puedo, dedico un tiempo importante a emplazarla a modo de boceto sobre la base. Sin pegar la mini por completo y en este caso encajando las piezas y poniéndoles un poquito del santo ‘blue tack’, me puedo hacer una idea de las líneas de fuga que genera (con la mirada, o la acción de sus extremidades o armas) o de los espacios que se muestran y los que quedan ocultos a la vista. Y eso creo que me ayuda a corregir el emplazamiento y perspectiva de la mini teniendo en cuenta los objetos de ambientación que puedo poner alrededor y el punto de vista dominante del espectador. Con una peana cuadrada, la parte frontal siempre indica o sugiere el punto de vista más indicado al que la observa. A partir de ahí, ya busco la ubicación del resto de elementos.

Personalmente, prefiero siempre colocarlas figuras un poco ladeadas, para que, puesto que la parte frontal marca el punto de vista de la mini, no acabe dando un aspecto demasiado “plano” y marcado de interés. Busco generar alguna diagonal con la pose de la figura o aunque sólo sea con la mirada “fuera de campo” o “fuera de peana” en este caso.

Pero como decía, también hay que prestar atención a elementos salientes como banderas, armas o ropajes al viento, que, si no vamos con cuidado, pueden desplazar el centro de interés de la escena a otros lugares en los que no habíamos pensado antes.

Esta es la ubicación final - o presentación- sobre la peana de la mini que he escogido (teniendo en cuenta el perfil rocoso de la base que va con la mini original, aunque luego la modifique con masilla o pasta de modelar. La he puesto un poco avanzada, que parezca que está en una especie de saliente rocoso, y con un poco de tierra por detrás para que la capa queda un poco al viento y no pegada al límite de la peana por detrás para que no de sensación de lienzo o cortina que continúa con una pared. 




Una vez revisada la vista desde todos los ángulos, marco con rotulador la pauta para poder pegar luego la base original de la mini. Si no me gustar la base original o tuviera otra idea la cambiaría, pero me da que esta tal como está es bonita y la voy a aprovechar sin más.
 



Con la base marcada, ya puedo olvidarme de la figura y manipular solo la base para después anclar la mini con pernos sin temer, más o menos, por la perspectiva final.


Y para acabar con esta primera parte de preparación, dos fotos más. La primera con los “pegamentos” que he empleado para pegar la base de la figura. Una mezcla de dos componentes y, por si acaso, un poco de cola para los límites, que aunque tarde en secar, pega fuerte. Antes he rasgado la parte superior de la peana para que conseguir cuando fragüe una mayor adherencia con el relieve y no sólo con la capa superior de la peana.


Y como no me fío, porque la base sola pesa ya un poco y tiene un poco de altura, le puse un tornillo que la uniera a la madera. Lo hice porque después tengo que tener en cuenta el peso de la figura, que sumado al de la propia base original de plomo, podría por el peso desengancharla de la madera de la peana.





PLANTEAMIENTO ESCÉNICO

La peana y la ambientación

Con la pieza de metal ya sujeta a la peana, empecé a dimensionarla colocando pasta de modelar que seca al aire. Adquirió el siguiente aspecto inicial.


Es importante seguir trabajando teniendo en cuenta la ubicación y pose de la figura, para, si es necesario, realizar intervenciones o rectificar elementos relacionados con la presentación de la figura. Además, conviene reservar los agujeros pensados para introducir los vástagos de la figura lo antes posible. Siempre es interesante ver qué aspecto va adquiriendo la propuesta escénica.


Llega el momento de trabajar el terreno. Para empezar, le di capas con textura de arenisca de Vallejo. Cubrí completamente las zonas de pasta y procuré que tuviera cierta continuidad con la zona en que aparece la zona rocosa.




Luego añadí piedras de diferentes tamaños que pegué con cianocrilato buscando cierta armonía y procurando que no molestara la visión de alguna parte frontal importante de la figura.


Una vez seco todo, y habiendo comprobado que todo queda bien sujeto y de acuerdo al planteamiento estético que se pretendía, procedí a aerografiarla distinguiendo dos zonas: una de arena y otra rocosa. Pensé en aquellos espacios montañosos que al estar sometidos a altas y bajas temperaturas, muestran un contraste de colores pardos o rojizos junto a otros oscuros, producto de la intervención climática sobre las rocas basálticas oscuras y escasos de vegetación, ésta muchas veces consistente en hierbas adaptadas a las severas condiciones de temperatura en la que deben sobrevivir.



De nuevo, comprobamos qué tal queda la cosa con la figura, o parte, en su emplazamiento casi definitivo, aunque hayamos avanzado algo de pintado.




PINTADO DE LA FIGURA

Imprimación

Puesto que la vestimenta de los hospitalarios era muy oscura -negra, vaya- decidí realizar un imprimación con un gris-negro a todos los elementos. Escogi una mezcla que me permitiera llegar al negro puro con las bajadas, pero que me permitiera trabajar matices intermedios sin necesidad de tener que realizar muchas subidas. 

Antes, sin embargo, decidí pegar la mano que sujeta al escudo desde un principio, para evitar desperfectos en el pintado debidos a la manipulación o a los excedentes del pegamento que pudieran haberse producido de haber decidido hacerlo al final.





Interior de la sobrevesta

Le proporcioné una capa base con los colores Marrón Chocolate y Negro y fuí realizando débiles subidas añadiendo un poco de Carne Oscura (70.927/19) en las arrugas y pliegues externos así como a aquellas formas del interior que quizás podían adivinarse desde fuera y podían dar mayor sensación de profundidad.






Con subidas graduales, se puede conseguir reforzar la sensación de que la ropa ondea y genere cierta sensación de movimiento a causa del fenomenos naturales.



Habrá que procurar que la incidencia de la luz siga los pliegues de forma natural por todos lados y tanto por el interior como por el exterior. Aunque parezca exagerado, estas subidas de la foto que sigue se atenuaron con pasadas que pretendían atenuar esa percepción exagerada, pero si reciben algo de luz por esa parte, la figura puede generar mayor sensación de volumen. A la postre, es cierto que esos pliegues quedan escondidos por la acción del escudo, pero deben pintarse igualmente para dar un poco de vida, precisamente, a las zonas más escondidas.



La cota de malla

La primera parte que pinté con la figura ya imprimada fue la cota de malla que se aprecia bajo la cintura, en la abertura dejada por la sobrevesta.

Para la capa base, suelo dar una base muy oscura. La idea es que el pigmento llegue a las zonas más escondidas de la cota  para dar mayor sensación de relieve y profundidad con las pasadas posteriores de los colores metálicos. En este caso empleé un negro de Life Color (LC-02) mezclado con un poquito de Azul Gris de Vallejo (70.963/57). Luego empecé a dar la primera capa superficial metálica, empleando una mezcla de Acero Natural (70.864/178) con Negro (70.950/169). Como éste último ya es un poco entre satinado y brillante, el resultado final que se obtiene da un aspecto que me gusta para trabajar sobre él. La proporción que empleo quizás sea del 60/30 o del 70/20, siendo el porcentaje menor el referido al negro. Este es el resultado.


Después, voy aumentando la proporción de acero para las subidas, y añado un poco de Plata (70.997/171) para las zonas más expuestas, siendo este último pigmento el que empleo para las últimas luces en lugares puntuales (en las crestas de algunos pliegues, por ejemplo, o en las partes más tensas de la rodilla).


Sigo el mismo procedimiento para todas las zonas en las que el caballero tenga una parte de cota de malla que esté a la vista, como puedan ser los brazos.
  
La protección de cuero de la sobrevesta

A continuación, pinté esa parte que protege el final de la cota de malla de la parte superior que acaba en faldón.

En primer lugar, di una base con Marrón Chocolate (70.872/149) y un poco de Negro.



Luego, realicé dos mezclas para empezar a diferenciar las partes oscuras y las claras y tener un primer boceto de planteamiento lumínico con estos colores. En uno de los pocillos empleé un verde y en el otro un marrón. Más importante que la referencia exacta era la idea de tratar el cuero teniendo en cuenta los colores que pueden observarse en este material con el paso del tiempo.


Porque el trabajo verdaderamente importante vendría después, con una paleta más variada de diferentes mezclas para jugar con ese cromatismo a veces indefinido que pueden adquirir las diferentes partes de un cuero que lleva unos cuantos años o tiempo a la intemperie.


Y a partir de la ubicación de las luces y marcas de roces, se van subiendo y bajando en las diferentes partes de la prenda, forzando quizás un poco la idea de profundidad, para que no parezca una caida suelta de la cota de malla sin más, sino que esta también está sujeta a las arrugas que generan la pierna avanzada y la tensión del propio material.



Dejé las luces para el final, teniendo en cuenta la dirección de la luz principal y su fuerza. Así es como quedó -suavizadas las transiciones- a la espera de los siempre últimos retoques que se producen siempre cuando la figura está completamente terminada.



Los cinturones

Quise diferenciar el color del cinturón de la cintura del de la espada. El primero había de ser más sencillo y funcional. El segundo, ornamentado con piezas de latón o doradas, ya que se convertía en el que debía sujetarse la vaina de la noble espada. 

Suelo mezclar Marrón Mate (70.984/140) con otros como Marrón Naranja (70.981/131) y un poco de Negro para conseguir el aspecto que más se ajuste al contraste que busco. El papel del Marrón Naranja -aunque puede emplearse también el Marrón Claro (70.929/129) es fundamental, ya que es el que puede emplearse para los desgastes y subidas en zonas más expuestas a la luz. Si se mezclan con un poquito de barniz brillante, pueden recordar mejor al aspecto del cuero con sus brillos. 

Para las partes doradas como ribeteados, remaches y hebilla, generé una base con Oro Viejo (70.878/173) y un poco de Oro (70.996/172) y fui incrementando este último para los sitios más brillantes. También di un poquito de tinta sepia a las partes doradas y finalmente, barniz brillante en las zonas más expuestas.


La vaina de la espada

Queda un poco escondida, pero la vaina de la espada resulta elegante cuando se la descubre. Así que tuve que esmerarme en dotarla de un color de cuero cálido con marcas de rasguños. Los colores que empleé fueron Negro, Marrón Mate y Marrón Naranja.



Elegí ese aspecto final porque, aunque después queda bastante oculta por la capa, el contraste me resulaba atractivo con el negro de la vestimenta. 




La sobrevesta

Una de las partes que más trabajo me dio fue la sobrevesta. Sobre todo a causa del trabajo con la luz sobre los pliegues sin excederse en la claridad que obtenía del ropaje, ya que, al fin y al cabo, la sensación final que debía darse es de que la prenda era negra (aunque envejecida y desgastada). Algunas de las hendiduras del torso me generaron muchos problemas pero quise aprovecharlas todas para no dar un aspecto demasiado plano a la figura por delante que contrastara con el viento que movia la capa.

Estos son los colores con los que trabajé:


La base era Marrón Chocolate con Negro y un poquito de Tierra (70.873/142). Para subidas, añadía Carne Medio (70.860/21) de manera gradual y para las luces más arriesgadas (sobre todo las de los pliegues posteriores de la capa al viento) Marrón Cubierta (70.986/110). Tengo que confesar que no me fue fácil armonizar esas mezclas y seguro que un buen pintor le hubiera sacado un buen resultado trabajando mejor que yo las veladuras.Para las bajadas y las partes más escondidas utilicé la base aumentando la proporción de Negro sin olvidarnos del Marrón Chocolate, que le da un bonito aspecto un poco más cálido.

Primera parte del proceso (intenté inventarme una arruga en la parte doblada delantera del interior de la sobrevesta a modo de trampantojo).


 El proceso más adelantado.


Creo que en esta se aprecia más el trabajo con las zonas que reciben más luz de la parte delantera, que coinciden un poco con la línea que marca la pierna adelantada. La luminosidad pierde fuerza a medida que se va hacia la parte de la sobrevesta menos expuesta a la luz principal.


La capa

La prenda más complicada para mi. El procedimiento es similar al de la sobrevesta, pero la dificultad estribó en trabajar de forma coherente el reparto de luces y sombras dando cierta coherencia a los volúmenes y evitando en la medida de lo posible la sensación de que eran tubos verticales -no se si lo conseguí, pero el entrenamiento valió la pena.

Partía de una capa totalmente oscura (más oscura que la vesta -con predominancia de negro y menos de chocolate), ya que pretendía dejar claro que las dos prendas no formaban parte del "uniforme" original. La capa bien podría ser posterior, más nueva. 

Luego del estudio de incidencia de la luz y de haber marcado con Marrón Cubierta algunas de las zonas más brillantes en aristas de pliegues, intenté unificar las partes más claras y marcar las más profundas.



Llegados a un punto razonable y que me resultaba más o menos coherente, realicé el ensuciado de las partes bajas. Imaginé que el hospitalario llevaba tiempo con ella y que incluso podía haber ensuciado en jornadas previas con barro producto de los roces con el suelo y de la humedad de los arbustos. Usé una gama variada de mezclas y emplé tanto la técnica de punteado y de golpes con la punta del pincel a modo de roces en algunos lugares como la de aguadas manchadas de pintura para intentar dar un aspecto de suciedad general. De todos modos, posteriormente empleé pigmentos por encima de esas zonas para "pegarla" más al suelo.




La cara

Quise trabajar un rostro de un hospitalario con años a las espaldas, reflejados en un cabello blanquecino, pero con una tez expuesta a un inmisericorde sol de la sierra. Por eso, a la mezcla de Arena Marrón (70.876/132), Rojo Cadmio Tostado (70.814/34) y Carne Base 70.815/17) le añadí un poquito de Marrón Naranja (70.981/131).



Para las sombras, más presencia de Rojo Cadmio Tostado y un poquito de Rojo Violeta (70.812/43). Para las luces, añadí pequeñas cantidades de Carne Dorada (70.845/20) buscando al final la máxima integración y la coherencia general. 



El cabello

Partiendo de una base oscura, se procede a realizar subidas con diferentes tipos de grises, como el Gris Cielo 70.989/154 y el Gris Pálido (70.990/155). Cabellos más blancos de frente y disminuyendo intensidad de adelante hacia atrás.




El escudo

En otro post anterior de este blog expliqué cómo hice el interior del escudo, intentando reproducir los tablones de madera del interior. Aquí mostraré el trabajo con la parte frontal.

Antes de imprimar, le había realizado algunos cortes más profundos para imitar los golpes de armas de adversarios. Luego, con la superficie con una base de Negro y un poco de Azul Prusia Oscuro (70.899/50), realicé pasadas con el pincel muy abierto de mezclas de diferentes marrones muy aguadas para envejecer el fondo.




Posteriormente salve la zona dedicada a las aspas de la cruz con cinta y la pinte con Gris Cielo, Marrón Cubierta y un poquito de Marrón Chocolate.




Bueno, como se puede observar, tuve algun pequeño "desliz" de pintura fuera de la reserva, pero con paciencia se repasa de nuevo hasta dejar la cruz bien delimitada.

Y ahora sólo quedaba marcar arañazos, golpes y suciedad de forma que al final resultara verosímil. También puse algunos rastros de sangre seca. De nuevo, con varias mezclas y un agua apenas tintada y paciencia.




La espada

Como se puede apreciar en el filo, el dominante del color Plata sobre una base inicial de Acero Natural y Plata tiene su protagonismo. La única cosa que hice diferente fue darle una tinta amarilla en el filo superior para intentar reproducir el reflejo del sol y el tono amarillo de algunos elementos de la ambientación de la peana. Para contrarrestar el aspecto dorado, en el filo inferior realicé aguadas muy suaves con un poco de tinta sepia. Y al final, barniz brillante a todo.





Las otras cruces de la ropa

Casi se me olvida hablar de las otras dos cruces que este Caballero de la Orden de San Juan lleva encima. Una en la sobrevesta y otra en la capa. De acuerdo con aquella idea de que las prendas venían de momentos de adquisición diferentes, pinté una cruz de aspas rectas en la vesta, mientras que dejé la cruz patada -que también empleaban con frecuencia- para la capa. Intenté integrarlas con las arrugas de la ropa pintando zonas más oscuras y claras, remarcando alguna luz y marcando las sombras.



Integración final de la figura a la peana

Por último, trabajos con aguadas con mezclas terrosas y pigmentos sobre el suelo de la escena y sobre aquellas zonas en las que los roces y el polvo pueda adherirse o cubrir partes del guerrero o de sus ropas. 







Y para acabar, algunas fotos finales de la escena. Ha sido, probablemente, el paso a paso más largo que he hecho hasta el momento. Espero que no haya resultado demasiado tedioso.

¡Un saludo!

KPG