23 dic 2014

El color púrpura y la luz en ropajes oscuros y escenas nocturnas


Hace algunos años que pinté esta figura. Era mucho más inexperto que ahora (¡imaginaros!) y quería ambientar este carrista de 54 mm de la marca Alpine en una escena nocturna, recibiendo la luz de una luna llena o casi llena. Por eso el suelo y las plantas tienen una tonalidad azulada. Tendría que haber trabajado mucho más las carnaciones...a las que también di un toque oscuro.

Sin embargo, traigo a la memoria la miniatura porque recuerdo que usé una técnica que me pareció interesante y que me parece que puede ser útil a otros. Como el uniforme de los tanquistas alemanes es totalmente oscuro o negro pero que rebota o refleja mucho la luz -es cuero-, realicé muy leves veladuras con apenas agua y pintura muy diluida de color Púrpura Real de Vallejo (70.810/45) en las zonas de arrugas y pliegues más expuestas a la incidencia de la luz del ambiente. Los reflejos que se ven son precisamente el trabajo que hace la luz al incidir sobre ellos.

Algunas fotos más en las que creo que se puede apreciar ese efecto.




¡Un abrazote!

KPG

11 dic 2014

Fusilero de los Batallones de Tortosa. Primera Guerra Carlista (1833-1840).


Esta figura ha representado un pequeño paréntesis para mi. Se suma a mi colección de piezas de escala de 54mm de Miniaturas Escuadrón ambientadas en las guerras carlistas. Sólo me queda una más para completar las cuatro de que dispongo y ya he sacado la última de su escondite. Me gusta considerarlas figuras de transición entre otras piezas o proyectos de mayor complejidad o envergadura.

La miniatura representa a un soldado de los Batallones de Tortosa, contingente que luchó a favor de Carlos María Isidro de Borbón, hermano de Fernando VII, que reclamaba su derecho al trono a la muerte de aquél, negando los que tenía María Cristina de Borbón o de Nápoles, princesa de Asturias y viuda del anterior regente.

El carlismo encontró apoyo en regiones que vieron cómo anteriores derechos se veían afectados por las políticas de centralización apoyadas por los borbones, como la supresión de privilegios forales (sobre todo en Aragón y las Vascongadas) o la venta de terrenos comunales, que además de a los campesinos de las zonas citadas anteriormente, también soliviantó a los de Navarra y Cataluña.

La miniatura muestra a un fusilero durante la Primera Guerra Carlista (1833-1840). Aún se producirían dos guerras carlistas más antes de acabar el siglo (de 1846 a1849 y de 1872 a 1876) y un intento entre aquellas dos que resultó abortado (la denominada intentona de La Rápita u "Ortegada" de 1860).


Los batallones de Tortosa

Existieron tres batallones de Tortosa, de 1000 efectivos cada uno. Estaban integrados en la Primera División Auxiliar del Ejército del Maestrazgo, región que abarcaba territorios de las actuales provincias valencianas de Castellón y Teruel y del que también formaban parte algunas poblaciones aragonesas del Bajo Aragón y del Matarraña. Tenían por distintivo la calavera y las tíbias, símbolo de la guerra sin cuartel. 

La figura está en disposición de llevar el arma al brazo, postura que no he visto muy tratada a nivel de escultura. La mano con el arma agarrada por la garganta, la funda de la bayoneta, el brazo izquierdo, una taza y la cartuchera eran los elementos que acompañaban la pieza central de la miniatura. Tuve ciertas dificultades para adecentarla, puesto que el tiempo había dejado mella en su aspecto, ya que llegó a mis manos con una imprimación blanca descascarillada, que tuve que eliminar. También se apreciaban desajustes entre el brazo en alto y el espacio destinado en el tronco para ser adherido a este que no me esforcé en disimular demasiado, puesto que creo que en este caso hubiera sido peor el remedio que la enfermedad.


La pieza protagonista de este carlista es el capote, de un azul oscuro intenso. Desde el principio, intenté que los leves vuelos recibieran un poco de luz más clara, para que no resultara una prenda tan "pesada".


En realidad, esta figura había sido empleada para hablar de cómo realizar una sencilla ambientación para una pequeña peana. He querido ubicar al soldado caminando por un terreno seco y pedregoso, un tanto árido, de manera que la tierra y las piedras o rocas fueran las protagonistas, con la aparición de un pequeño matojo seco que no tenía que molestar en exceso la visión del avance del fusilero.

A continuación, muestro el aspecto inicial de la peana luego de una primer trabajo con una capa base formada por colores terrosos y la primera paleta con variadas mezclas para obtener tonos variados en diferentes zonas de la ambientación y en las piedras de distintos tamaños.


Y, finalmente, una paleta más reducida para trabajar algunos relieves, detalles o zonas.


A continuación, fotos de la figura acabada.







Ya digo, un ejercicio con la única pretensión - la más importante- de pasarlo bien y aprender más cosas sobre esta afición.

¡Un saludo!

KPG

28 nov 2014

Curseando con Banshee (Alfonso Giraldes)


 Este artista que es Alfonso Giraldes, conocido como Banshee, es pasión pura. Se nota en todo cuanto dice y hace. Exigente, duro consigo mismo y con los demás. Emprendedor, valiente y honesto. Un trabajador de las emociones. Dejó su mácula en todos y cada uno de los que pudimos asistir al curso que realizó en Badalona (Barcelona) del 22 al 23 de noviembre de 2014.

Un fin de semana intenso en el que el maestro se dejó la piel y se vació por dentro. Cualquier escenario le es válido para su 'performance', porque con sus ejemplos y explicaciones lo transforma en un ágora en la que se cuestiona todo sobre la pintura y el modelado de figuras.


Pero no se andó de rositas. La comprensión de los conceptos que ayudan a transmitir historias con pigmentos era básico y ocupó una buena parte de las sesiones del sábado y domingo. Para ello complementó sus explicaciones con dibujos e ilustraciones realizadas en pocos minutos ante la atenta mirada de los asistentes, quienes luego debían realizar diferentes ejercicios que pasarían un concienzudo examen.



Asi que los períodos de descanso, a los que se sumaban amigos ilustres del hobby, eran inevitables... ;)


¡Pero hay que trabajar! El domingo, los secretos del rostro. ¿Qué se escondía tras la cámara, Dani?


Pues un ejemplo más de ubicación de luces, sombras, trabajos con tonos, dirección de la luz, etc.


Una imagen más cercana por si no quedó clara la cosa... Ese cuaderno, Alfonso, es una galería de arte él solo.


Por cierto, el ejercicio final de pintado que realizó el grupo se llevó a cabo sobre un fantástico busto obra también de Banshee. Así le quedó a él en un ratito que se puso.


Y así quedaron los trabajos de los esforzados alumnos, que se lo pasaron estupendo, todo hay que decirlo.


¡Vuelve cuando quieras, grande Banshee!


¡Un saludo!

KPG

14 nov 2014

Centurión romano, S. I a.C.



El siglo I antes de Cristo fue uno de los más convulsos de la historia de Roma, con interminables enfrentamientos y guerras civiles que sumieron la ciudad en una agitación casi continua con repercusiones en todo el Mediterráneo. A esta época, tan determinante para lo que acabaría siendo la forja del gran imperio que empezó a contruirse a la muerte de Julio César (44 a.C.), pertenece el soldado que aparece en la foto.

Hace dos años que pinté este mismo centurión de 54mm del catálogo de Andrea y volveré a pintarlo en el futuro, pues aún me queda una tercera figura. Dos para un regalo y un intercambio y la tercera será para mí, pues me ha encantado "pelearme" con ella.

Luego de una primera ambientación, lo coloqué en la peana para estudiar la ubicación que más me agradara.


 Decidí no imprimarla para intentar trabajar el color original de la figura pulida en la cota de malla y otras partes metálicas, como el casco. Así que fui trabajando por partes siempre de dentro hacia fuera y de arriba a abajo.

En esta ocasión le he dado predominio al rojo en el penacho y en la túnica.


 Para el elemento que sujeta el penacho elegí un color latón o dorado.


En el caso de la capa, creé para la base una mezcla más oscura, formada por Rojo Carmín (70908/30) y Rojo Violeta (70.812/043) más o menos a partes iguales a la que luego añadí un poco de Rojo Cadmio Tostado  (70.814/034). Seguro que volveré a emplearla en otras figuras, porque el color de partida me gustó mucho y permite obtener interesantes subidas y bajadas si no la dejamos muy oscura.


Para trabajar con ella posteriormente, utilicé la gama que aparece a continuación, producto de las mezclas de los colores que aparecen en la foto.

  

A los colores ya mencionados anteriormente, se suman el Azul Prusia Oscuro (70899/50) y el Rojo Negro (70.859/35) en el caso de las sombras y el Rojo Bermellón (70.947/29) y Rojo Cadmio Claro (70.910/27) para las subidas y luces. Este es el aspecto después de las primeras fases. Dejaremos para el final del post la vista definitiva.


Para la cota de malla, empleé una primera capa muy diluida de negro con un poco de Rojo Cadmio Tostado, ya que las cotas de malla suelen dejar entrever de manera muy discreta el dominante de la prenda a la que cubren, en este caso la túnica roja. Posteriormente, fui trabajando con veladuras oscuras de Negro con Acero Natural (70864/178) para las partes que pudieran quedar más en sombra y en el caso de las más expuestas, añadí algo de Plata (70.997/171). En sesiones sucesivas, di pasadas en puntos concretos con tinta sepia y otros colores muy diluidos para dar sensación de herrumbre incipiente o suciedad. Es un poco difícil de apreciar en las fotografías puesto que, al conservar aún el dominante del fondo de metal de la fundición, ésta rebota aún mucha luz.


Decidí que el pantalón sería de cuero o piel desgastada. Esta es la gama empleada.


Forman parte de ella los siguientes colores: Sombra Tostada (70.941/148), Tierra Mate (70.983/143), Marrón Naranja (70.981/131) y Marrón Claro (70.929/129). Una vista desde atrás.


Trabajo con pigmentos para ambientar la base, asentar visualmente la figura en la escena y manchar la parte inferior de la capa.


 Y unas cuantas fotos finales.





 ¡Hasta el próximo post! ¡Un saludo!

KPG




31 oct 2014

Caballero hospitalario en la toma del castillo de Aroche (Huelva) - Año 1251



Quisiera que, junto a la figura, este paso a paso formara parte también del obsequio para mi buen amigo Javier del Río que es la figura del hospitalario que aparece en la foto. Espero que ambas cosas sean de su agrado.

Cuando elegí la figura -un clásico de 54 mm perteneciente al catálogo de Andrea- pensé en que su actitud vigilante se correspondería bien con la de alguien que va a participar en un asalto a un castillo o fortaleza. Luego de documentarme, me gustó la idea de que tomara parte de la toma del castillo de Aroche en plena reconquista. Aroche es un pueblo de la provincia de Huelva situado en la sierra. 

Unos pocos datos históricos

El rey Sancho II de Portugal conquistó Aroche con el apoyo de los hospitalarios entre 1230 y 1234. El monarca luso cede los territorios situados al este del Guadiana -donde se encontraba Aroche- al rey Fernando III de Castilla a cambio de conseguir con su apoyo mejorar sus relaciones con la Santa Sede. Por lo visto, Aroche cae de nuevo en manos de los árabes. A la muerte de Sancho II, su hermano y sucesor en el trono portugués, Alfonso III, reconquista de nuevo el enclave en 1251 y también Aracena con los hermanos guerreros de la orden de San Juan. Sin embargo, aunque se trataba de territorios bajo la custodia hospitalaria, estaban en territorio castellano. Esto hace que las relaciones entre Portugal y Castilla empeoren hasta que…pero eso ya forma parte de otra historia. Por lo que se refiere a la figura, quise, pues, representar a este hospitalario mirando el castillo de Aroche desde una de las colinas que rodean el enclave poco antes del ataque final en el año 1251.

Preparación de la figura

Primero de todo, muestro un utensilio que me ha servido para pulir la mini. No lo había usado antes, pero me parece que ahora lo prefiero a las “nanas” de aluminio que empleaba hasta ahora. Os lo enseño, por si no lo conocéis y os interesa, junto al resultado.



Ya con casi todo el polvillo eliminado, baño las piezas con agua caliente y jabón, para acabar de hacer una buena limpieza.


Por si acaso, con el secador le “evaporo” todo el agua, no sea que quede alguna gotita en un rinconcito. Cuidado al coger las piezas inmediatamente, porque la aleación coge temperatura y puedes tener la sensación de que te quemas…¡o te quemas de verdad!


Después de elegir la faceta frontal de la peana, la protejo con papel de pintar -ese que tiene una fina tira adhesiva y luego papel- y encima con cinta de carrocero. La intención es que, aunque se quiera protegir, creo que hay que evitar el máximo de contacto de superfície adhesiva que pueda afectar al barniz o al tapaporos de la peana. Alguna vez he visto peanas de colegas que al quitar las cintas se han llevado la protección de la peana y han estropeado una buena base y el aspecto general de la mini.



PRESENTACIÓN DE LA FIGURA EN LA PEANA

Una de mis manías u obsesiones es procurar que la figura tenga una buena visión desde todos los ángulos, sin olvidar el reparto del “aire” que la rodea. Por decirlo de alguna manera, el “fuera de campo” tiene para mí tanta importancia como lo que se muestra y eso puede intervenir en el momento de ubicar una figura en un lugar o extremo de la peana, así como de los elementos de la ambientación que le rodean.

Por eso, en la medida que puedo, dedico un tiempo importante a emplazarla a modo de boceto sobre la base. Sin pegar la mini por completo y en este caso encajando las piezas y poniéndoles un poquito del santo ‘blue tack’, me puedo hacer una idea de las líneas de fuga que genera (con la mirada, o la acción de sus extremidades o armas) o de los espacios que se muestran y los que quedan ocultos a la vista. Y eso creo que me ayuda a corregir el emplazamiento y perspectiva de la mini teniendo en cuenta los objetos de ambientación que puedo poner alrededor y el punto de vista dominante del espectador. Con una peana cuadrada, la parte frontal siempre indica o sugiere el punto de vista más indicado al que la observa. A partir de ahí, ya busco la ubicación del resto de elementos.

Personalmente, prefiero siempre colocarlas figuras un poco ladeadas, para que, puesto que la parte frontal marca el punto de vista de la mini, no acabe dando un aspecto demasiado “plano” y marcado de interés. Busco generar alguna diagonal con la pose de la figura o aunque sólo sea con la mirada “fuera de campo” o “fuera de peana” en este caso.

Pero como decía, también hay que prestar atención a elementos salientes como banderas, armas o ropajes al viento, que, si no vamos con cuidado, pueden desplazar el centro de interés de la escena a otros lugares en los que no habíamos pensado antes.

Esta es la ubicación final - o presentación- sobre la peana de la mini que he escogido (teniendo en cuenta el perfil rocoso de la base que va con la mini original, aunque luego la modifique con masilla o pasta de modelar. La he puesto un poco avanzada, que parezca que está en una especie de saliente rocoso, y con un poco de tierra por detrás para que la capa queda un poco al viento y no pegada al límite de la peana por detrás para que no de sensación de lienzo o cortina que continúa con una pared. 




Una vez revisada la vista desde todos los ángulos, marco con rotulador la pauta para poder pegar luego la base original de la mini. Si no me gustar la base original o tuviera otra idea la cambiaría, pero me da que esta tal como está es bonita y la voy a aprovechar sin más.
 



Con la base marcada, ya puedo olvidarme de la figura y manipular solo la base para después anclar la mini con pernos sin temer, más o menos, por la perspectiva final.


Y para acabar con esta primera parte de preparación, dos fotos más. La primera con los “pegamentos” que he empleado para pegar la base de la figura. Una mezcla de dos componentes y, por si acaso, un poco de cola para los límites, que aunque tarde en secar, pega fuerte. Antes he rasgado la parte superior de la peana para que conseguir cuando fragüe una mayor adherencia con el relieve y no sólo con la capa superior de la peana.


Y como no me fío, porque la base sola pesa ya un poco y tiene un poco de altura, le puse un tornillo que la uniera a la madera. Lo hice porque después tengo que tener en cuenta el peso de la figura, que sumado al de la propia base original de plomo, podría por el peso desengancharla de la madera de la peana.





PLANTEAMIENTO ESCÉNICO

La peana y la ambientación

Con la pieza de metal ya sujeta a la peana, empecé a dimensionarla colocando pasta de modelar que seca al aire. Adquirió el siguiente aspecto inicial.


Es importante seguir trabajando teniendo en cuenta la ubicación y pose de la figura, para, si es necesario, realizar intervenciones o rectificar elementos relacionados con la presentación de la figura. Además, conviene reservar los agujeros pensados para introducir los vástagos de la figura lo antes posible. Siempre es interesante ver qué aspecto va adquiriendo la propuesta escénica.


Llega el momento de trabajar el terreno. Para empezar, le di capas con textura de arenisca de Vallejo. Cubrí completamente las zonas de pasta y procuré que tuviera cierta continuidad con la zona en que aparece la zona rocosa.




Luego añadí piedras de diferentes tamaños que pegué con cianocrilato buscando cierta armonía y procurando que no molestara la visión de alguna parte frontal importante de la figura.


Una vez seco todo, y habiendo comprobado que todo queda bien sujeto y de acuerdo al planteamiento estético que se pretendía, procedí a aerografiarla distinguiendo dos zonas: una de arena y otra rocosa. Pensé en aquellos espacios montañosos que al estar sometidos a altas y bajas temperaturas, muestran un contraste de colores pardos o rojizos junto a otros oscuros, producto de la intervención climática sobre las rocas basálticas oscuras y escasos de vegetación, ésta muchas veces consistente en hierbas adaptadas a las severas condiciones de temperatura en la que deben sobrevivir.



De nuevo, comprobamos qué tal queda la cosa con la figura, o parte, en su emplazamiento casi definitivo, aunque hayamos avanzado algo de pintado.




PINTADO DE LA FIGURA

Imprimación

Puesto que la vestimenta de los hospitalarios era muy oscura -negra, vaya- decidí realizar un imprimación con un gris-negro a todos los elementos. Escogi una mezcla que me permitiera llegar al negro puro con las bajadas, pero que me permitiera trabajar matices intermedios sin necesidad de tener que realizar muchas subidas. 

Antes, sin embargo, decidí pegar la mano que sujeta al escudo desde un principio, para evitar desperfectos en el pintado debidos a la manipulación o a los excedentes del pegamento que pudieran haberse producido de haber decidido hacerlo al final.





Interior de la sobrevesta

Le proporcioné una capa base con los colores Marrón Chocolate y Negro y fuí realizando débiles subidas añadiendo un poco de Carne Oscura (70.927/19) en las arrugas y pliegues externos así como a aquellas formas del interior que quizás podían adivinarse desde fuera y podían dar mayor sensación de profundidad.






Con subidas graduales, se puede conseguir reforzar la sensación de que la ropa ondea y genere cierta sensación de movimiento a causa del fenomenos naturales.



Habrá que procurar que la incidencia de la luz siga los pliegues de forma natural por todos lados y tanto por el interior como por el exterior. Aunque parezca exagerado, estas subidas de la foto que sigue se atenuaron con pasadas que pretendían atenuar esa percepción exagerada, pero si reciben algo de luz por esa parte, la figura puede generar mayor sensación de volumen. A la postre, es cierto que esos pliegues quedan escondidos por la acción del escudo, pero deben pintarse igualmente para dar un poco de vida, precisamente, a las zonas más escondidas.



La cota de malla

La primera parte que pinté con la figura ya imprimada fue la cota de malla que se aprecia bajo la cintura, en la abertura dejada por la sobrevesta.

Para la capa base, suelo dar una base muy oscura. La idea es que el pigmento llegue a las zonas más escondidas de la cota  para dar mayor sensación de relieve y profundidad con las pasadas posteriores de los colores metálicos. En este caso empleé un negro de Life Color (LC-02) mezclado con un poquito de Azul Gris de Vallejo (70.963/57). Luego empecé a dar la primera capa superficial metálica, empleando una mezcla de Acero Natural (70.864/178) con Negro (70.950/169). Como éste último ya es un poco entre satinado y brillante, el resultado final que se obtiene da un aspecto que me gusta para trabajar sobre él. La proporción que empleo quizás sea del 60/30 o del 70/20, siendo el porcentaje menor el referido al negro. Este es el resultado.


Después, voy aumentando la proporción de acero para las subidas, y añado un poco de Plata (70.997/171) para las zonas más expuestas, siendo este último pigmento el que empleo para las últimas luces en lugares puntuales (en las crestas de algunos pliegues, por ejemplo, o en las partes más tensas de la rodilla).


Sigo el mismo procedimiento para todas las zonas en las que el caballero tenga una parte de cota de malla que esté a la vista, como puedan ser los brazos.
  
La protección de cuero de la sobrevesta

A continuación, pinté esa parte que protege el final de la cota de malla de la parte superior que acaba en faldón.

En primer lugar, di una base con Marrón Chocolate (70.872/149) y un poco de Negro.



Luego, realicé dos mezclas para empezar a diferenciar las partes oscuras y las claras y tener un primer boceto de planteamiento lumínico con estos colores. En uno de los pocillos empleé un verde y en el otro un marrón. Más importante que la referencia exacta era la idea de tratar el cuero teniendo en cuenta los colores que pueden observarse en este material con el paso del tiempo.


Porque el trabajo verdaderamente importante vendría después, con una paleta más variada de diferentes mezclas para jugar con ese cromatismo a veces indefinido que pueden adquirir las diferentes partes de un cuero que lleva unos cuantos años o tiempo a la intemperie.


Y a partir de la ubicación de las luces y marcas de roces, se van subiendo y bajando en las diferentes partes de la prenda, forzando quizás un poco la idea de profundidad, para que no parezca una caida suelta de la cota de malla sin más, sino que esta también está sujeta a las arrugas que generan la pierna avanzada y la tensión del propio material.



Dejé las luces para el final, teniendo en cuenta la dirección de la luz principal y su fuerza. Así es como quedó -suavizadas las transiciones- a la espera de los siempre últimos retoques que se producen siempre cuando la figura está completamente terminada.



Los cinturones

Quise diferenciar el color del cinturón de la cintura del de la espada. El primero había de ser más sencillo y funcional. El segundo, ornamentado con piezas de latón o doradas, ya que se convertía en el que debía sujetarse la vaina de la noble espada. 

Suelo mezclar Marrón Mate (70.984/140) con otros como Marrón Naranja (70.981/131) y un poco de Negro para conseguir el aspecto que más se ajuste al contraste que busco. El papel del Marrón Naranja -aunque puede emplearse también el Marrón Claro (70.929/129) es fundamental, ya que es el que puede emplearse para los desgastes y subidas en zonas más expuestas a la luz. Si se mezclan con un poquito de barniz brillante, pueden recordar mejor al aspecto del cuero con sus brillos. 

Para las partes doradas como ribeteados, remaches y hebilla, generé una base con Oro Viejo (70.878/173) y un poco de Oro (70.996/172) y fui incrementando este último para los sitios más brillantes. También di un poquito de tinta sepia a las partes doradas y finalmente, barniz brillante en las zonas más expuestas.


La vaina de la espada

Queda un poco escondida, pero la vaina de la espada resulta elegante cuando se la descubre. Así que tuve que esmerarme en dotarla de un color de cuero cálido con marcas de rasguños. Los colores que empleé fueron Negro, Marrón Mate y Marrón Naranja.



Elegí ese aspecto final porque, aunque después queda bastante oculta por la capa, el contraste me resulaba atractivo con el negro de la vestimenta. 




La sobrevesta

Una de las partes que más trabajo me dio fue la sobrevesta. Sobre todo a causa del trabajo con la luz sobre los pliegues sin excederse en la claridad que obtenía del ropaje, ya que, al fin y al cabo, la sensación final que debía darse es de que la prenda era negra (aunque envejecida y desgastada). Algunas de las hendiduras del torso me generaron muchos problemas pero quise aprovecharlas todas para no dar un aspecto demasiado plano a la figura por delante que contrastara con el viento que movia la capa.

Estos son los colores con los que trabajé:


La base era Marrón Chocolate con Negro y un poquito de Tierra (70.873/142). Para subidas, añadía Carne Medio (70.860/21) de manera gradual y para las luces más arriesgadas (sobre todo las de los pliegues posteriores de la capa al viento) Marrón Cubierta (70.986/110). Tengo que confesar que no me fue fácil armonizar esas mezclas y seguro que un buen pintor le hubiera sacado un buen resultado trabajando mejor que yo las veladuras.Para las bajadas y las partes más escondidas utilicé la base aumentando la proporción de Negro sin olvidarnos del Marrón Chocolate, que le da un bonito aspecto un poco más cálido.

Primera parte del proceso (intenté inventarme una arruga en la parte doblada delantera del interior de la sobrevesta a modo de trampantojo).


 El proceso más adelantado.


Creo que en esta se aprecia más el trabajo con las zonas que reciben más luz de la parte delantera, que coinciden un poco con la línea que marca la pierna adelantada. La luminosidad pierde fuerza a medida que se va hacia la parte de la sobrevesta menos expuesta a la luz principal.


La capa

La prenda más complicada para mi. El procedimiento es similar al de la sobrevesta, pero la dificultad estribó en trabajar de forma coherente el reparto de luces y sombras dando cierta coherencia a los volúmenes y evitando en la medida de lo posible la sensación de que eran tubos verticales -no se si lo conseguí, pero el entrenamiento valió la pena.

Partía de una capa totalmente oscura (más oscura que la vesta -con predominancia de negro y menos de chocolate), ya que pretendía dejar claro que las dos prendas no formaban parte del "uniforme" original. La capa bien podría ser posterior, más nueva. 

Luego del estudio de incidencia de la luz y de haber marcado con Marrón Cubierta algunas de las zonas más brillantes en aristas de pliegues, intenté unificar las partes más claras y marcar las más profundas.



Llegados a un punto razonable y que me resultaba más o menos coherente, realicé el ensuciado de las partes bajas. Imaginé que el hospitalario llevaba tiempo con ella y que incluso podía haber ensuciado en jornadas previas con barro producto de los roces con el suelo y de la humedad de los arbustos. Usé una gama variada de mezclas y emplé tanto la técnica de punteado y de golpes con la punta del pincel a modo de roces en algunos lugares como la de aguadas manchadas de pintura para intentar dar un aspecto de suciedad general. De todos modos, posteriormente empleé pigmentos por encima de esas zonas para "pegarla" más al suelo.




La cara

Quise trabajar un rostro de un hospitalario con años a las espaldas, reflejados en un cabello blanquecino, pero con una tez expuesta a un inmisericorde sol de la sierra. Por eso, a la mezcla de Arena Marrón (70.876/132), Rojo Cadmio Tostado (70.814/34) y Carne Base 70.815/17) le añadí un poquito de Marrón Naranja (70.981/131).



Para las sombras, más presencia de Rojo Cadmio Tostado y un poquito de Rojo Violeta (70.812/43). Para las luces, añadí pequeñas cantidades de Carne Dorada (70.845/20) buscando al final la máxima integración y la coherencia general. 



El cabello

Partiendo de una base oscura, se procede a realizar subidas con diferentes tipos de grises, como el Gris Cielo 70.989/154 y el Gris Pálido (70.990/155). Cabellos más blancos de frente y disminuyendo intensidad de adelante hacia atrás.




El escudo

En otro post anterior de este blog expliqué cómo hice el interior del escudo, intentando reproducir los tablones de madera del interior. Aquí mostraré el trabajo con la parte frontal.

Antes de imprimar, le había realizado algunos cortes más profundos para imitar los golpes de armas de adversarios. Luego, con la superficie con una base de Negro y un poco de Azul Prusia Oscuro (70.899/50), realicé pasadas con el pincel muy abierto de mezclas de diferentes marrones muy aguadas para envejecer el fondo.




Posteriormente salve la zona dedicada a las aspas de la cruz con cinta y la pinte con Gris Cielo, Marrón Cubierta y un poquito de Marrón Chocolate.




Bueno, como se puede observar, tuve algun pequeño "desliz" de pintura fuera de la reserva, pero con paciencia se repasa de nuevo hasta dejar la cruz bien delimitada.

Y ahora sólo quedaba marcar arañazos, golpes y suciedad de forma que al final resultara verosímil. También puse algunos rastros de sangre seca. De nuevo, con varias mezclas y un agua apenas tintada y paciencia.




La espada

Como se puede apreciar en el filo, el dominante del color Plata sobre una base inicial de Acero Natural y Plata tiene su protagonismo. La única cosa que hice diferente fue darle una tinta amarilla en el filo superior para intentar reproducir el reflejo del sol y el tono amarillo de algunos elementos de la ambientación de la peana. Para contrarrestar el aspecto dorado, en el filo inferior realicé aguadas muy suaves con un poco de tinta sepia. Y al final, barniz brillante a todo.





Las otras cruces de la ropa

Casi se me olvida hablar de las otras dos cruces que este Caballero de la Orden de San Juan lleva encima. Una en la sobrevesta y otra en la capa. De acuerdo con aquella idea de que las prendas venían de momentos de adquisición diferentes, pinté una cruz de aspas rectas en la vesta, mientras que dejé la cruz patada -que también empleaban con frecuencia- para la capa. Intenté integrarlas con las arrugas de la ropa pintando zonas más oscuras y claras, remarcando alguna luz y marcando las sombras.



Integración final de la figura a la peana

Por último, trabajos con aguadas con mezclas terrosas y pigmentos sobre el suelo de la escena y sobre aquellas zonas en las que los roces y el polvo pueda adherirse o cubrir partes del guerrero o de sus ropas. 







Y para acabar, algunas fotos finales de la escena. Ha sido, probablemente, el paso a paso más largo que he hecho hasta el momento. Espero que no haya resultado demasiado tedioso.

¡Un saludo!

KPG