Pueden haber pasado dos cosas. En primer lugar, podemos haber utilizado un pincel que habíamos empleado en alguna ocasión para pintar con un pigmento metálico y escondidas entre sus cerdas estaban aún esas partículas casi imperceptibles. En segundo lugar, puede que hayamos mojado el pincel con una pintura o mezcla de pigmentos no metálicos en un recipiente donde antes hemos mojado uno que sí tenía. Las partículas metálicas flotaban en el agua y se han "infiltrado" y adherido al mechón del pincel que hemos introducido posteriormente.
Recomendación: usar pinceles y recipientes con agua para pinturas con pigmentos metálicos distintos de los que utilizamos para el resto de colores y mezclas. Podéis marcar los pinceles o utilizar diferentes tipos que, como en la foto de abajo, se puedan diferenciar fácilmente por el color del mango.
Estos consejos son también aplicables a otras substancias diferentes a la pintura tales como mateadores, barnices, pigmentos para hacer efectos de envejecimiento u otras: mejor utilizar un pincel específico para cada cosa (puede tratarse de uno que ya no sirva para pintar bien, pero sí resulta aún óptimo para hacer las mezclas entre la pintura y esos productos).
¡Un saludo!
KPG