La protección
habitual de muchas cabalgaduras del ejército napoleónico solía ser una
piel de leopardo, sobre la que reposaba la silla del jinete. Parece que
Alejandro Magno solía usar una para cabalgar a lomos de Bucéfalo. Muchos
otros jinetes de diferentes lugares y épocas la empleaban también para
ese cometido o como piel de abrigo y adorno, como, por ejemplo, los
húsares alados... Desafortunadamente para este animal, su fiereza,
belleza y la dificultad que entrañaba su caza eran muy apreciadas entre
los guerreros de distintas épocas.
En
definitiva, nos encontraremos con muchas figuras a las que podemos
"vestir" con este tipo de piel tan característica que tendremos que
pintar, imitando su moteado.
En la siguiente selección del
torso del animal que aparece en la foto superior -imagen de la que es autor Ed Glickman-, podemos apreciar mejor sus características.
Tenéis que ir con cuidado, sin embargo, si
queréis reproducir manchas de leopardo de verdad y no confundirlas con
las de jaguar, como me ocurrió a mí. Las que véis a continuación son de
un ejemplar de este último felino.
Debo dar las gracias al amigo José Lorenzo Serafin, quien amablemente me envió un correo e hizo darme cuenta del error cometido tiempo después de haber publicado el post inicial, en el que había confundido este jaguar con un leopardo. Efectivamente, el leopardo tiene manchas más pequeñas y no cuentan con el punto pequeño que puede apreciarse en las manchas del jaguar.
Pido disculpas por la falta y agradezco profundamente los mensajes de los lectores que con sus críticas, apuntes y sugerencias me ayudan a corregir las posibles equivocaciones que haya podido cometer en el blog. :)
Espero que estos recursos os puedan servir de modelo y ayuda si alguna vez tenéis que imitar esas pieles.
¡Un abrazote!
KPG