A finales de mayo toca curso de texturas con Pepa Saavedra y hay que calentar motores. El busto elegido es la maravillosa Boudica salida de las manos de Pedro Fernández (Origen Art), uno de mis escultores preferidos, por qué ocultarlo.
De una delicadeza extrema, el modelado presenta a una joven y bella líder icena con la lanza en una tensa mano derecha, herida en el antebrazo, con la mirada buscando el combate cercano, una ligera vestimenta que cubre un sugerente cuerpo de mujer arropado por una capa de tejido que puede ser más vasto o grueso y un largo cabello ondulado al viento que es una obra de arte en sí misma y que habla de la pericia y arte de su escultor. La espada, aun enfundada, servirá para equilibrar el conjunto al dibujar una diagonal con el extremo del proyectil, dejando el bello rostro de la guerrera a medio camino del recorrido entre los mortíferos metales.
Después de un lavado con agua y jabon, apenas hay que dedicar tiempo a la limpieza de excedentes de resina atrapados entre los recovecos del cabello. Un suave repaso de toda la superficie con una lima de un grano de 1200 o superior nos ayudará a conseguir un buen soporte limpio y exento de elementos que generen relieves indeseados para la imprimación inicial.
Habrá que ser cuidadoso con el recuerdo de la línea de molde que pueda atravesar los deliciosos dedos que sujetan la madera de la lanza para no estropearlos con la cuchilla o el lijado.
Las venas de la mano, unas más o menos insinuadas o marcadas que otras, son una maravilla.
Llega el momento de empezar a preparar la figura para el proceso de pintado.
Puesto que deberemos llegar a la parte del torso a la que el brazo derecho hace el acceso más complicado, tendremos que ingeniar un modo de pintar el busto sin manchar las carnaciones o las ropas por el uso del aerógrafo o del pincel en nuestro intento por querer llegar a los rincones más ocultos de la cintura con esos obstáculos de por medio.
La forma más sencilla de conseguirlo es pintando la piel del busto, separar luego el brazo con el fragmento de lanza, proteger las carnaciones pintadas, llevar a cabo posteriormente la pintura de las telas y otros elementos y, una vez acabado todo esto, adosar de nuevo el antebrazo.
Para ello podemos emplear este procedimiento inicial, siguiendo los consejos de la propia Pepa Saavedra.
En primer lugar, colocamos un perno entre las piezas del brazo y procuramos que encajen bien.
Luego, ponemos Maskol u otra substancia como máscara líquida que permita proteger con una película la pieza del antebrazo, para que esta pieza no quede sujeta por completo a la parte del brazo que forma parte del busto cuando después -como veremos- se use la masilla a modo de unión entre las partes.
Una vez que la máscara protectora esté seca por completo, podemos afianzar el brazo al busto con una goma elástica, cinta adhesiva u otro método con el objetivo de impedir que se mueva mientras rellenamos los posibles desajustes con masilla en la etapa posterior.
Ahora hay que emplear la masilla para corregir esas separaciones entre ambas partes del brazo. En esta ocasión he empleado Magic Sculpt.
En muchas ocasiones suelo emplear aceite corporal -por eso se ve brillante en la tercera fotografia- y un pincel para ir eliminando con paciencia y suavidad los excedentes de masilla y realizar un modelado ajustado a los volúmenes que tengan que reproducirse, intentando que sean lo más naturales y fieles a la realidad posible.
Una vez que la masilla haya fraguado, llega el momento -un poco delicado, eso sí-, de separar ambas partes con cuidado y de comprobar la efectividad aislante del Maskol o líquido empleado como máscara.
Finalmente, quitamos la película de la máscara.
Y, de nuevo, con un lijado muy suave y un papel de grano muy fino limpiamos las imperfecciones o rastros de la masilla para que cuando llegue el momento de juntar ambas partes ya pintadas no se note el artificio y se obtenga una sensación de textura de piel continua.
Podemos repetir el proceso si no nos convence. Y, puesto que en la unión entre los dos fragmentos del brazo aparece un elemento ornamental como una especie de brazalete o torque, siempre podremos modelar un relieve a posteriori que cubra las partes de unión, pintar la masilla cubriente como si se tratara de metal o realizar un dibujo tribal con pintura texturizada que disimule los desniveles que puedan haberse colado al final.
De esta manera es como ya tendremos a Boudica preparada para la capa de imprimación y los trabajos de pintura subsiguientes.
¡Un saludo!
KPG