27 dic 2013

El porqué de la iluminación cenital

Cuando damos los primeros pasos en la pintura de figuras es probable que empecemos a escuchar diferentes términos o conceptos referidos al tipo de iluminación que se elige para llevar a cabo el pintado de las mismas.

Con frecuencia oiremos hablar de la iluminación cenital. La idea es entender el tratamiento pictórico de los volúmenes y planos como si la fuente de luz principal estuviera justo encima de la figura, en su zenit.

El motivo principal para la elección de esta ubicación de la luz es que, puesto que hablamos en general de escalas de figuras pequeñas, este planteamiento lumínico es el que mejor partido permite sacar de los contrastes entre zonas iluminadas y zonas en sombra o penumbra para una mejor insinuación de los volúmenes. La figura o, mejor dicho, las distintas partes de una figura, no parecen tan planas, sensación que quizás obtendríamos con una iluminación general, similar a la que reciben los objetos bajo la luz solar después de amanecer y justo antes del mediodía, por ejemplo. Y puesto que los volúmenes adquieren mayor presencia, también se puede trabajar con ellos a nivel cromático para darles mayor expresividad y dramatismo, si se quiere.

Sea como fuere, podemos emplear el soporte de la tecnología para ayudarnos a ubicar las luces y las sombras según cuál sea el planteamiento lumínico. Las fotografías que realicemos a nuestras figuras una vez imprimadas nos pueden servir de gran ayuda para esta cuestión. Vamos a ver algunos ejemplos.

En la siguiente fotografía, vemos el reparto de luces y sombras de una figura de 54 mm o 1/35 imprimada en blanco según una iluminación cenital. Podéis fijaros en la sombra para comprobar la ubicación de la luz principal. En este caso, sólo vemos la sombra de los zapatos sobre el corcho, lo cuál nos indica que la lámpara está justo encima de la miniatura.



A pesar de que el anterior sería el tratamiento según una iluminación totalmente cenital, podemos hacer leves movimientos de la lámpara casi sobre el eje de la figura para ver si podría ganar en matices y quizás en expresividad. Para ello, os muestro un ejemplo que permite ver cómo la perspectiva lumínica da una mayor riqueza en el tratamiento de volúmenes no sólo desde un punto de vista vertical sino también longitudinal. Este seria el aspecto si colocamos la luz a unos 45º aproximadamente del cenit de la figura (fijaros en la sombra que proyecta la mini).


 
 
 

 Como se puede apreciar, hay una diferencia importante entre la luz que rebotan las superficies del lado más expuesto a la dirección de donde proviene la luz que la de aquellas que reciben menos impacto de la misma. En la primera hay una parte del rostro que queda bastante oculta y oscura, probablemente demasiado, cosa que implica pérdida de expresividad vista a una cierta distancia.

Probemos un término medio. Movemos, pues, la luz hacia un lado entre la ubicación cenital y la anterior de 45º, esto es, entre los 20º y los 35º aproximadamente. Así queda la cosa.


 
 
 

Aquí todas las arrugas y volúmenes están levemente sugeridos y puede observarse una diferencia clara en la gradación menos dura entre lugares claros y oscuros. Sin duda, estas últimas fotografías se convierten en otra interesante guía para estudiar el comportamiento de la luz en esta figura.

El trabajo pictórico, sea cual sea la ubicación de la luz principal elegida, será el que acabará por sacar mayor o menor provecho a esa pauta que nos indique la fotografía que queramos seguir, de manera que podemos llevar a cabo la ubicación de las últimas luces según un tratamiento totalmente cenital, a pesar de que hayamos optado por una iluminación de 25º. Eso ya depende del gusto del pintor.

¡Un saludo!

KPG